manámaná

Llevo desde mi adolescencia cocinando bizcochos y otros pasteles. Siempre con que si liarla con mantequilla y harina que no eran 100% fiables y dejaban el bizcocho empolvado de harina, o que si usar mucho aceite era la solución (sí, si quieres freír el bizcocho en vez de hornearlo!) y hasta principios del 2007 no descubrí el truco para desmoldarlos sin temer que se quemen, peguen o queden pringados con la sustancia antiadherente de turno. El procedimiento es tremendamente simple, y aquí dejo fotos tomadas en el último bizcocho de yogur que he hecho para demostrarlo.

1. Unta el recipiente para hornear el bizcocho con aceite de oliva ayudándote de un papel de cocina para retirar el exceso.
2. Corta un trozo de papel de aluminio con la forma del fondo, siempre un poco más grande que su tamaño real. Pégalo al fondo ayudándote con un poco más de aceite y presionando con el papel de de cocina anterior hasta que esté bien pegado al molde por sus filos.
3. Vierte la masa y hornea como siempre.
4. Una vez horneado, tapa el molde con un plato y dale la vuelta. Si se resiste un poco pasa un cuchillo de hoja fina por el filo para terminar de despegarlo.
5. Voilá! No tienes más que retirar el papel de aluminio y tu bizcocho estará listo y perfectamente horneado en su base.

¡Si usas este truco déjame un mensaje y una foto de tu bizcocho para que nos hagamos la boca agua! ;)