Curry, la especia que se combina y hace combinar todo tipo de cosas. Cada día me gusta más porque permite descubrir un montón de mezclas deliciosas, la digiero bien y hace del simple arroz blanco los cimientos de un parque de atracciones para las papilas gustativas. Todo empezó porque el otro día tenía una mezcla de sentimientos del capricho "quiero curry" y la culpabilidad "debería comer más fruta". Ví los mangos en la frutería y ¡premio!, se me ocurrió esta combinación. Simple, rápida y realmente deliciosa, con una salsa tan buena que me infló el ego hasta el punto de aplaudirme mentalmente. Receta para dos personas si la acompañas con arroz, para lo que recomiendo servir en cuencos vertiendo el curry por encima, o para un comensal único con mucha hambre (con o sin arroz, la disfrutará, y si sobra algo siempre se puede congelar).

ingredientes

1 mango, mejor verde o poco maduro
1 cebolla mediana
1 zanahoria mediana o grande
1 diente de ajo
1 puñado de tomates baby
1 cucharadita de curry en polvo tipo Madras, que es un tanto fuerte (o 2 cucharaditas si te gusta tirando a picante), yo uso de la marca Merwanjee Poonjiajee & Sons
aceite de oliva o de girasol

preparación

Pela el mango y córtalo en tiras gruesas. Pela y corta la cebolla en juliana y el ajo como prefieras. Pela la zanahoria con un pelador de patatas y córtala usando el pelador en tiras lo más finas posibles. Corta los tomates en dos. En una sartén pequeña (diámetro de un plato de postre o un poco más) vierte el aceite hasta cubrir bien el fondo y calienta a fuego medio. Saltea la cebolla y la zanahoria, cuando la cebolla empiece a transparentarse añade el ajo, el curry y el mango. Sube a fuego fuerte y remueve mucho, procurando que el mango se tueste bien. Cuando el mango se ablande y haya soltado su jugo, añade los tomates y si ves que ha reducido mucho la salsa añade medio vaso de agua (o incluso uno si el asunto está realmente seco) y tapa la sartén para que se cuezan los tomates sin sufrir mucha evaporación (¡recuerda remover para que no se pegue nada!). Tu curry estará listo cuando los tomates estén hechos.

extras

Teniendo en cuenta que me he inventado esta receta, cualquier cosa que plazca al comensal. La piña natural o las ciruelas pasas añaden un dulzor de fondo al curry muy cariñoso. Para añadirle pollo, utiliza una pechuga de pollo cortada en tiras gruesas o el resultado de deshuesar los restos del típico pollo asado de los domingos, saltea el pollo en la sartén con el aceite y reserva, continúa con el resto de esta receta igual y añade el pollo junto con los tomates.

alternativas

Puedes utilizar el típico curry marca de supermercado, que suele ser bastante suave, pero tendrás que confiar en tu instinto y tu lengua para descubrir la dosis óptima. Recomiendo empezar con tres cucharaditas e ir sumando una a una durante la cocción según vayas catando la salsa. Recuerda que hay muchos tipos de curry, y si usas tipo Madras y te vuelve loco el picante... ¡no uses nunca más de tres cucharaditas rasas o tendrán que llamar a los bomberos para apagarte! ;) Sustituye el mango por piña natural si quieres un sabor mas refrescante, o utiliza los tomates que más te gusten, o incluso ráyalos antes y vierte la pulpa y el jugo para evitar añadir la piel al plato.

2 Comments:

  1. Melusina said...
    genial. Lo he probado y esta riquisimo con arroz. ¿pero que tal estaria con tallarines integrales? Espero tu opinion pensando en tomarlo como complemento al mismo. Lo he hecho sin piel de tomates y este deshecho cociendo, mas piña natural a trocitos. y todo muy mareado porque me gusta la fruta muy suave.
    Muchas gracias y muchos besos
    Melusiña
    Noir said...
    Umm... con tallarines.... oooohh qué gran idea!

    Yo también suelo hacerlo con piña, es un añadido en fibra excelente. :)

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